Encontré el sitio en una de mis excursiones por Menorca en la semana santa del 2010, pero hasta el 2013 no pude volver en esa época del año.

Se llega desde un camino que nace a la salida de Ferreries, Menorca, y sube hasta una antigua base militar americana, ahora abandonada.

Hasta que encontré un hueco en la valla de la base tuve que rodearla con el cuadro, caballete y caja por un camino estrecho lleno de maleza. Pero visto el hueco, atravesarla para ver la vista del oeste fue mucho más sencillo.

La base abandonada llena de grafitis da un poco de miedo pero hace más interesante aún el paisaje.

El hueco para pintar era pequeño, a un lado la valla y al otro una caída pronunciada.

Para aprovechar los pocos días que tenía iba temprano, y al medio día hacía un calor tremendo. Intenté atar un paraguas al caballete como había visto en una foto un cuadro impresionista que vi en la Thyssen y casi sale volando el cuadro con caballete incluido a pesar de que estaba atado. Así que no quedaba más remedio que usar la gorra y beber mucho.

Mereció la pena, el sitio es espectacular, las vistas magníficas, se puede ver Ciudadela y algunos días Palma de Mallorca.

Los días transcurrían sin distracciones, tan sólo algún águila de vez en cuando.