Moscow Road
Pintar un paisaje nocturno puede parecer raro. En este caso las circunstancias me empujaron a decidirme. El día era corto y lo ocupaba en su totalidad en un trabajo deprimente. La única salida era pintar por la noche. Había visto hace tiempo un paisaje nocturno en la Thyssen, creo que era este, me sorprendió y busqué algunos paisajes nocturnos más. La idea de que aun de noche los paisajes pueden estar llenos de luz y color es alucinante. Además la noche siempre sugiere misterio y enigmas, una ventana de noche nos hace preguntarnos qué hay detrás.
El barrio de Queensway cerca de Hide Park me recordaba las historias de Jack el destripador, silencioso y frio. Mucho frio pasé pintando en esa esquina. Un borracho me daba la tabarra sin cansarse de mi ignorancia, ignorancia porque procuraba ignorarle y porque no le entendía nada de lo que me decía.
Pintar en la calle es lo más difícil. Además de estar pintando un paisaje urbano, que de por si es difícil por lo complicado de pintar casas rectas y ventanas ordenadas en perspectiva, la gente tiende a interrumpir constantemente. Imagínate poner tu mesa de trabajo en medio de una calle y que la gente pasase y mirase tu ordenador y comentase lo que estás haciendo “qué bonito tu Excel” “Mi tía también hace informes en Excel” “¿Cuanto tiempo te lleva hacer un informe así de grande?