Embalse del Negratín

Embalse del Negratín
Embalse del Negratín, Granada

Óleo sobre lienzo. 200 x 10 cm. 2007-2015.

Gonzalo de Linos

Nunca he considerado la pintura como una profesión. Una vez fui a solicitar un subsidio al INEM y una funcionaria me preguntó a qué me dedicaba, yo le dije pintor, y ella levantó la vista para mirarme sorprendida. Luego sacó un grueso catálogo de profesiones y lo buscó sin éxito, a lo que con algo de sorna le dije que no era precisamente una profesión nueva. Lo triste es que se ha quedado descatalogada.

Tal vez haya fantaseado de joven con vivir de la pintura y, aunque no en exclusiva, si me ha proporcionado una fuente de ingresos bastante estable durante un tiempo. Después la vida me obligó a buscar ingresos más estables.

Ahora se tienen que dar una serie de circunstancias para que me pueda ir a pintar unos días, y cuando se dan hay que aprovecharlas como sea.

Era Diciembre y hacía frío, así que pensé “me voy pal sur”. Acudí a una guía de viajes estupenda y me decidí por el embalse del Negratín. Un lugar extraño por sus contrastes y colores.

Lo que no me imaginaba fue la tremenda nevada que me cayó al segundo día. ¿En Granada? Y no precisamente en Sierra Nevada. En fin, tuve que salir huyendo. Volví al año siguiente y llovió casi todo el puente.

Apenas pude pintar. Iba al lugar y me sentaba en el coche durante horas. Y, aunque amainaba de vez en cuando, el barro convertía solo el hecho de estar de pie en algo incómodo y peligroso. Estaba en un precipicio arenoso. Me decía a mi mismo, como me resbale de aquí no salgo y seguro que aquí no me encuentra nadie. En esa época no tenía móvil. Un desastre, me rendí por segunda vez.

Después de tener el cuadro en el trastero durante mucho tiempo me decidí a terminarlo con fotos. No es lo que más me gusta, pero no me he querido arriesgar de nuevo a ir hasta allí.